martes, 2 de febrero de 2016

¿Estamos haciendo bien las cosas?



Todo lo que hoy sabemos consciente o inconscientemente tuvo sus primeros pasos en la familia, fue  allí donde aprendimos  a vivir  rodeado de valores como saludar o decir la verdad, el amor que se brindara aquí le  dará a la persona  seguridad y confianza en un futuro. La escuela es otra fuente donde profesionales tratan de seguir “educandonos”  de una forma muy general, donde se busca cumplir que el niño o niña no dependa de nadie y  pueda responder y actuar ante situaciones de la vida cotidiana.
Hacer las cosas solo y bien hecho es lo que el sistema educativo trata de enseñarnos, pero es posible mejorar  el proceso de enseñanza-aprendizaje  tratando de ver si todo radica en el cerebro y no fuera de él.
Nosotros funcionamos desde que aprendemos a observar nuestro entorno y ver cómo funciona el mundo, excepto cuando ya dejamos de comprender, nos cansamos o probablemente nos decimos a nosotros mismos inconscientemente ya lo sé todo, y nos dedicamos a preguntar, para ver que piensa la otra persona,  preguntamos por necesidad de ya no tener que pensar sino simplemente que alguien nos lo  explique, en el peor de los casos.
Es allí donde el proceso trunca su funcionamiento pues el preguntar no está mal, sino el quedarse  con la respuesta de quien lo dijo como la única verdad.
El cerebro, nuestro órgano estrella encargado de procesar todos los comportamientos, sentimientos, pensamientos y problemas de nuestro cuerpo, es quien nos da la capacidad de desarrollarnos en un ámbito de aprendizaje continuo o al menos esa es su utilidad.
Karl Friston, psicólogo cognitivo profesional en Colombia  en este ámbito  habla de las decisiones que son fundamentales en nuestra vida y las son tomadas a diario, sin embargo estas decisiones no son tan difíciles de tomar o al menos así lo dice Friston, porque el mundo que conocemos generalmente ya está formado es decir ya lo conocemos, ya sabemos cómo se mueve el mundo que nos rodea entonces la decisión se torna mucho más fácil de tomar, claro siempre y cuando nos pongamos a pensar  en el entorno y la probabilidad que tiene esa decisión en ser la correcta.
Friston también, habla desde Latinoamérica sobre cómo funciona el cerebro de las personas, que no siempre todo lo que nuestras neuronas trasportan van  a ser lo verdadero o real, ya que muchas veces estamos condicionados a falsas verdades, es decir que creemos que lo que hacemos o decimos está bien, sin ni siquiera valorarlo uno mismo, esto es a priori pero, a esto, a la experiencia obtenida más el juicio de poder valorar la situación con probabilidades y actuar de forma asertiva o con la mayor lógica posible lo llama conocimiento posteriori.
El proceso crítico o el hecho de juzgar las situaciones de manera correcta tomando en cuenta el método “posteriori” que no es más que ver la situación, analizar que probabilidades puede tomar y escoger la correcta con cálculos sumamente rápido en la mente que nos lleven a la soluciona más racional o lógica posible toma  gran fuerza en el convivir diario de las personas con el título de ser más inteligentes que los demás.
Ponernos a pensar antes de hablar o de hacer alguna actividad nos ayudará  mucho y sobre todo hará que nuestra vida camine por el sendero del Ser Humano y no ser una máquina que realiza todas las cosas como siempre las ha hecho, programados como robots, aún tenemos tiempo de ver y mejorar algo que tal vez estamos haciendo mal.


 Por: Juan Carlos Salas


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