martes, 28 de julio de 2015

Cultura del Ecuador, Arte y Tradición

La cultura ecuatoriana contemporánea tiene raíces diversas y profundas en una historia tan rica como multiétnica. Al momento de investigar la población de Ecuador se estimaba en 15 223 680 habitantes, con un crecimiento anual de 1,4%.  Se trata de una población étnicamente muy diversa, donde el 65% son mestizos (mezcla de indígenas con caucásicos); el 25%, indígenas; el 10%, caucásicos; el 7%, afro  descendientes.

Los distintos grupos humanos que se han establecido en Ecuador desde Europa, África, etc.,  así como las muchas nacionalidades indígenas autóctonas del país, todos, han contribuido a lo que hoy podemos denominar como Cultura ecuatoriana. Desde las ricas y variadas tradiciones culinarias hasta las costumbres a la hora de celebrar las diversas festividades religiosas, es todo un placer el explorar la cultura ecuatoriana.

Ecuador es el hogar de diversos grupos indígenas, muchos de los cuales aún conservan sus idiomas precolombinos. El grupo más numeroso es el de los quichuas andinos, con más de 2 millones de individuos. Otros grupos andinos menos numerosos son los caranquis, los otavaleños, los cayambis, los pichinchas, los panzaleos, los chimbuelos, los salasacas, los tungurahuas, los tuguas, los warankas, los puruhaes, los cañaris, y los saraguros.

Cortesía en las Calles de la ciudad de Ambato



La cortesía es un comportamiento humano de buena costumbre; en la mejor expresión de frases, es el uso práctico de las buenas costumbres.

Ceder el paso no es ninguna antigüedad. Es otra norma de urbanidad que debemos aplicar en nuestra vida diaria y con todo el mundo.
Ceder el paso es una regla básica de cortesía, aunque cada vez se estila menos.

En la ciudad de Ambato muchas personas cundo conducen no respetan al peaton y hoy les mostraremos como se comportan estas personas.





Es increíble y lamentable cómo vemos que ni siquiera para cruzar la calle entre mil malabares, se detiene ni un vehículo para cederles el paso a los envejecientes, embarazadas, estudiantes, minusválidos, no videntes, etc. Y ni se diga, cuando se requiera de darle el turno en las filas del banco, supermercados o estafetas de pago a personas con condiciones especiales, que nada más oyes susurros, malos gestos y caras ofendidas como que uno está haciendo una maldad.