Desde la ética y los valores sociales, la identidad e interculturalidad
se las promueve como el reconocimiento y respeto de la diversidad
social, con acciones sobre la dignidad y derechos de las personas y
colectivos sociales, para que éstos se constituyan en factores
sustanciales de sociedades integradas, democráticas y estables.
No es suficiente constatar la heterogeneidad del Ecuador, sino realizar los cambios que permitan una relación más simétrica entre los grupos que lo componen.
Pero nuestro país tiene mucho camino que recorrer...